Si yo fuese Dulcinea

Si yo fuese Dulcinea Aguín (a Dios gracias no lo soy), y quisiese dar un ejemplo de honestidad política e incrementar la cada vez más escasa credibilidad política, presentaría la dimisión de la nueva Ejecutiva del PSG-PSOE. Bueno, lo de nueva es un decir, son los mismos perros con distintos collares, mayoritariamente los que perdieron las elecciones desde el poder, un aseado de imagen en plan chapa y pintura.
Y si fuese Dulcinea, dimitiría por varios motivos, el primero y más importante, por respeto a los compañeros , que democráticamente no la eligieron como representante de la comarca. El segundo, por dar la imagen de ser una apadrinada de Modesto Pose que se ha pasado por el forro de sus caprichos la decisión democrática y ha ejecutado la dedocrática. Y después hablan de escuchar a las bases, dar participación…. Mentira tras mentira y más de lo mismo, apartar a los críticos y seguir en el sillón. Modesto Pose anuncia hoy que le gustaría ser de nuevo Secretario Provincial, faltaría más. Eso si, dice que a pesar de ser mayor. Pues no sufra, váyase para casa, que no hay nadie imprescindible y un partido está por encima de las personas. A mi esto de los mártires como que no.
Supongo que Dulcinea le habrá echado la llorada y venga. Pues mal empieza Pose para ser reelegido, enfrentándose a sus propios vecinos y compañeros de la comarca.
Y la tercera razón y no menos importante por la que yo dimitiría si fuese Dulcinea, es que por encima dicen que la han tenido que elegir por ser mujer, por la parida esa de la paridad del PSOE, esa misma parida que parieron ellos y que para colmo en las últimas elecciones municipales tuvieron que corregir varias listas que fueron impugnadas por no cumplir esa aberración de ley que ellos mismos promovieron. No pueden cumplir ni lo que legislan.
Con estos procederes la travesía del desierto va ser más larga de lo que piensan. Es inaudito que en el siglo XXI una persona alcance un puesto por cuestión de sexo, no por capacidad, preparación y mérito. Esto es una discriminación total que atenta contra los derechos del ser humano. La Constitución dice que nadie debe ser discriminado por cuestión de sexo, religión o color. O sea, que el Alcalde de A Illa no puede estar en la Ejecutiva del PSG-PSOE por ser varón, y a pesar de recibir el apoyo mayoritario de sus compañeros y compañeras tiene que dejar su puesto a una compañera que había perdido las votaciones pero que entra por ser mujer. Una chanchullada como la copa de un pino, lo vistan como lo vistan.
Si Dulcinea realmente ama la política y quiere ganarse el respeto de los compañeros y los votantes, debería dimitir, ser honesta y decir “señores, mis compañeros no me han elegido y ahí debe estar quien se lo ha ganado en buena lid”. Si no dimite, lo que dejará ver es que es una trepa más, que está en la política para satisfacer sus ambiciones personales, para vivir a costa de la política y que sus electores, las bases de su partido y sus compañeros no le importan un comino, y “ande yo caliente, riase la gente”. Y lo tiene fácil, porque su labor en la Ejecutiva no va servir para nada, es una mera comparsa, es un puesto inútil que se crea por territorialidades y por reparto de poder, pero quien va decidir son los diez que forman la verdadera ejecutiva, los demás figurantes.
Si un partido se quiere regenerar, si se ha dado cuenta de que los han bajado del coche oficial para que esten más cerca de la gente, ¿cómo es posible que empiecen así?. Impiden, no invitando, a que los que son críticos puedan alzar la voz. Pues señores de la paridad, la crítica enriquece, te hace más fuerte; el halago debilita, los que te calientan la oreja y asienten a todo para estar ahí no sirven para nada, para nada que no sea perpetuarse ellos y sus padrinos, aunque sea en la derrota. Ya no hay ganadores, hay supervivientes.