La democracia de los partidos

La dimisión de Roberto Fernández Lores era la crónica de una muerte anunciada de nuestra vida política municipal. Mi más profundo respeto a Roberto porque ha hecho lo que tenía que hacer y como se tenía que hacer. Me da la impresión de que por su gusto se hubiera ido antes, el resultado de las municipales le dejó muy tocado anímicamente, pero creo que ahí se impuso la disciplina de partido y hubo que esperar a las autonómicas para dar el paso. Desde fuera se le veía desmotivado, cansado, pienso que se daba cuenta que había dado todo lo que podía dar, que como diría un croupier, “no va más” . La disciplina de partido le hizo aguantar hasta la fecha, por eso le muestro mi respeto porque considero que no es fácil aguantar dos años en un sitio en el que no quieres estar.
Obviamente ha habido luces y sombras, el BNG ha crecido en Sanxenxo, pero no han conseguido que fuese a costa del PP, sino que es un intercambio de cromos con el PSOE. Ha llegado el momento de replantear estrategias, de no solo valorar el fondo sino también las formas, de dar paso a caras nuevas. Pero las caras nuevas no son suficientes si no hay una determinación clara de salirse del corsé que te imponen los partidos grandes. Dentro de la disciplina de grupo y del paraguas ideológico, hay que tener en cuenta que no es lo mismo Sanxenxo que Cambados, O Grove, Meaño, Bueu o Vigo. Cada lugar tiene su idiosincrasia, sus particularidades, por eso hay que adaptar los discursos según la zona y la gente, hay que aprender a llegar.
Quedan dos años, tiempo suficiente para perfilar un nuevo equipo, para corregir lo que se ha hecho mal, hacer lo que no se hizo y potenciar lo que se hizo bien. Pienso que la figura de Roberto tiene que jugar un papel importante a nivel interno, aportando su experiencia, dejando hacer al nuevo equipo pero asesorando.
Esperemos que el cambio sea para bien y que a Roberto en su vida personal le vaya todo bien.
Comentabais estos días sobre la democracia en la vida interna de los partidos, mi opinión es que no existe. Aquí teneis el caso de Roberto, tomó la decisión al finalizar las elecciones del 2007 y no le permitieron hacerlo hasta ahora, tampoco se ha consultado a la militancia, a las tan nombradas bases. Todo funciona en base a estrategias dictadas desde otros lugares. Tenemos el caso del PSOE, los follones en Vigo, ahora también en otros lugares con lo de la cesión de un puesto al BNG en la Mesa del Parlamento. No considero normal que un equipo en funciones tome una decisión de ese calibre, y mucho menos sin consultar a las bases. Primera contradicción de Pachi Vazquez, habla de contar con las bases y a la primera en la frente. Y si los avatares llevan a que sale otro Secretario General y otro Ejecutiva que no están de acuerdo con esa cesión ¿qué pasaría?. En el fondo se negocia el apoyo del BNG a ZP en Madrid, o sea, Galicia en clave madrileña, todo un cúmulo de intereses que no tienen nada que ver con los ciudadanos. Lo más coherente era no ceder nada, esperar a las elecciones de la nueva Ejecutiva, hacer una consulta a las bases y decidir. Eso es lo que cuentan las bases: CERO.
En el caso del PP de Sanxenxo, lo mismo, toda una lucha por el control interno, por asegurarse los apoyos y mangonear con libre albedrío. Mucha literatura que no tiene que ver con la realidad, aquello de “del dicho al hecho”.
Todos los dirigentes provinciales tratan de controlar a las agrupaciones para dominar los congresos y ponen Secretarios Generales afines (Dulcinea) rodeados de 4 que nunca se han visto en otra igual y que lo nombran Secretario de Igualdad y ya se consideran ministros y abrazan las farolas que le pongan y veneran al líder con fervor. Cadena de favores. ¿Democracia? Nada de nada. ¿Las bases? Para hacer numero y tener más delegados.