Prometer y gobernar

Las campañas electorales son una gran pantomima que los políticos aprovechan para vapulear al adversario, incluso groseramente como Baltar (no he escuchado ni leido que Feijóo o Rajoy le hayan dado como mínimo un toque de atención) y prometer lo que no está en los escritos, sin ton ni son y sin el más mínimo rigor.
El problema es cuando llegas a gobernar y te encuentra con la realidad de la dotación de partidas económicas para las promesas, su adaptación a las Leyes vigentes, el mecanismo de las Administraciones, etc. Ahí mueren las utopías y el mercadeo y se dan de bruces con el mundo real. A partir de ahí a buscar excusas y echarle la culpa a los de antes. El ciclo de la política.
Cuando se dan las consignas a las huestes de a pié, esos que vociferan en los bares y cuentan lo que se le ha adoctrinado, se para en la anécdota , en el populismo fácil, nada que ver con lo que es la política en si.
El PP ha centrado su campaña en el Audi de Touriño, las sillas y la foto en el yate de Quintana, y el bipartito no supo defenderse, o acaso su endiosamiento les alejó de la realidad y no escucharon la voz del pueblo.
Se olvidó el PP que los Audi que están en el parque móvil de la Xunta se compraron siendo Feijóo vicepresidente ( no le gustarían los Citroen de aquella). Ahora su coche, Citroen, no se hace en España, sino en Francia, así que vaya apoyo a la planta de Vigo.
Las sillas ni siquiera están, ni compradas ni pagadas, seguramente se sacó la información de algún presupuesto y se manipuló. Nadie le exigió que mostrase una copia de la factura, ni una foto de las sillas. Otra frivolidad.
La foto de Quintana, además de ser del 2005 y que fuese un error de los muchos de Quintana, no tiene más valor que el del desbarre en las barras de bar. El PP prometió revisar el concurso eólico, erigiéndose en el guardián de la legalidad en las concesiones. Ahora sus juristas analizan “hasta donde pueden llegar”, ya que hay 25 empresas con proyectos admitidos a trámite con derechos reconocidos y que no se pueden saltar a la torera, a menos que se rice el rizo como con los chalets del cementerio de Dorrón ( que no se sabe de quién ha sido la culpa, como con los espías de Madrid). Cuidado , no vaya a ser que las empresas empiecen a pedir daños y perjuicios.
El absurdo debate lingüístico, ahora se viene con dejar elegir a los padres el idioma de escolarización. Vale, ¿cómo se financiará y qué coste tiene esta duplicación del sistema?. Más frivolidades, si siempre han convivido en armonía las dos lenguas ¿ a qué andamos ahora con chorradas? No me reitero porque ya conocéis mi opinión sobre este tema.
A priori muy impactante lo de reducir las Consellerías y los altos cargos, y digo a priori porque hay mucha gente para colocar, y el cabreo no es bueno con unas municipales a dos años vista. Queda muy bien ese anuncio, pero no vaya a ser que broten administraciones paralelas ( ya tenemos la experiencia de las Fundaciones comarcales), y que al estilo Botín se aumenten los pluses de los altos cargos.
Me ha llamado la atención lo de Telmo Martín, “ sería malo para el PP no resolver el nuevo hospital, la circunvalación o el traslado de Ence”. ¿Malo para el PP o para sus aspiraciones de ser Alcalde?. Este es otro lastre que va tener Feijóo , el endiosamiento de ciertos políticos que van enarbolar como suyos el logro de los votos y que van a tratar de imponer su voluntad, tipo Baltar, Durán, Telmo, etc. Si Feijóo se convierte en su rehén político lo va pasar mal, que no olvide lo de Telmo en Sanxenxo, la Ronda, el Palanquín de la Plaza do Mar ( esa que iba a ser cubierta con una bóveda acristalada), la red de museos, los chalets de Dorrón…. Multitud de faraonismos que ahora quiere trasladar a Pontevedra. Sanxenxo ya está descubriendo poco a poco la herencia de Telmo y viendo que no fue tan bueno como parecía (para algunos si, indudablemente).
Yo de Feijóo le consultaría a Telmo sobre que hacer con el Gaiás o Cidade da Cultura, que ya lleva devorado cantidades astronómicas de dinero y no se sabe bien para que, aunque el próximo presidente de la Xunta lo sabrá, pues viene de su etapa de vicepresidente.
Bienvenido al mundo real de la crisis para casi todo el mundo ( Catalina y sus chicos no), prometer es muy fácil, a ver ahora lo que se cumple. Espero y deseo que se cumpla mucho, eso será bueno para Galicia. Quiero ser optimista y mirar al futuro con esperanza (no la Aguirre,claro).Ojalá no nos defraude sr Feijóo y que sepa de esto más que de vacas o de mangueras de incendios.