Son como niños

Solo se habla estos días del pacto PP-VIPS, en la mayoría de los casos para criticarlo y descalificarlo, y no lo considero muy justo.
Para empezar, el pacto ¿es menos legítimo que los pactos PSOE-BNG, PP-IU, PSOE-Coalición Canaria….? Creo que no.
Es conocido y cierto que VIPS realizó una oposición dura y fiscalizadora, que criticó los sueldos, los gastos protocolarios, . Pienso que haber hecho lo que era su obligación no impide que ahora pueda pactar, siempre y cuando ahora no sea cómplice de esos mismos desmanes y respete el mensaje de las urnas que lo han puesto ahí para eso.
De todos modos hay que esperar a ver como transcurre todo, lo demás es hablar por hablar, a veces desde el resentimiento o desde la ignorancia. Aventurar lo que va pasar es de visionarios y profetas, que dicho sea de paso abundan en nuestro Sanxenxo del alma.
La inexperiencia del líder de SAL y la frustración por no haber alcanzado el principal objetivo por el que ellos mismos declaran haber nacido les lleva a hablar demasiado y no siempre con coherencia. No deben perder el norte tan fácilmente si no quieren ser un proyecto efímero, que me da que lo va a ser.
BNG y PSOE debieran ser más cautos, tener más memoria y no olvidar que realizaron algo inaudito como pedir que se redujesen los tiempos de intervención de VIPS. Se olvidaron de que el enemigo a batir no era VIPS.
Ahora deberían centrarse en hacer oposición, pero no oposición a VIPS, sino al gobierno. El pueblo ya les ha mandado repetir curso, ya les ha dicho lo mal que lo hicieron, y los manda repetir para ver si así progresan adecuadamente.
No me ha gustado el rifirrafe de Dulcinea y Rodríguez, ha habido mucho de ajuste de cuentas y de personalismos. Mal por los dos.
Si nos ceñimos a la historia, Rodríguez ha sido el único alcalde del PSOE en Sanxenxo desde que existe la democracia, con mayoría absoluta, y lo ha sido después de venir de una moción de censura, algo que no es frecuente.
Algo de lo que habla Dulcinea con un profundo desconocimiento es de lo que pasó a posteriori, y habla con medias verdades, quizás alentada por nuevos amiguitos que han vuelto al PSOE como el turrón por Navidad, algunos de los que maniobran en la oscuridad para largarla y por delante la adulan.
El gobierno de Rodríguez con nueve concejales significó un disgusto para quien más debiera alegrarse, porque ya lo tenía arreglado con el BNG para pactar y desalojar a Rodríguez. Sorprendentemente salieron 9, y ahí empezó a cantar un tenor que ahora trabaja en el párking de Nauta y lo siguieron otros 2. Hicieron todo lo posible por tumbar el gobierno, reuniones con el entonces portavoz del PP, Fernando Villaverde, filtrado de información, querellas que luego fueron desestimadas (la Madama)…..
Aún así con ese panorama, a los 4 años el PSOE obtuvo 6 concejales.
Dulcinea aterriza en el PSOE en el 2003, no lleva 12 años como erróneamente dijo Marcos Redondo, sin duda mal informado por los que teledirigieron sus acciones.
Desde entonces hasta hoy ha colocado el techo en tres concejales. Eso sí, ha obtenido un puesto de trabajo muy bien remunerado gracias al fenómeno Pose, ha pasado de una pastelería en Nantes a su actual trabajo.¿Con qué mérito?. Y después le llama sociolisto a Rodríguez. Ella ha sido quien mejor ha rentabilizado su corto y esperpéntico periplo en el PSOE.
Ha conseguido una agrupación nula, sin debate. Torpemente presume que la han elegido por unanimidad, eso es una tara más que un mérito.
A Rodríguez le fallaron 3 compañeros, y el ínclito Pose lo permitió, pero a Dulcinea en el 2007 la abandonaron 2 antes de tomar posesión y una no quiso tomarla y corrió la lista. Lo de este año está reciente.
Y tenga en cuenta que en el 2007 su amigo Pose fue quien llamó a Rodríguez y quería que fuese su número 2, porque decía que Aguín no tenía carisma ni sabía, la mantenía de 1 pero de figurón.
Dulcinea debe dedicarse a trabajar y no a mandar que trabajen, porque no tiene a nadie que la aguante, y su salvación es que no tiene a nadie que le haga frente porque para eso ya se encargó de hacer un equipo y una agrupación de mansos y dóciles, mindunguis políticos.